jueves, 22 de marzo de 2012

Todos hablamos mucho cuando nos cuentan cosa parecidas que les ocurren a otras personas. No sé por que, pero nunca pensamos que puede sucedernos a nosotros, y en cambio, el día menos pensado...¡pam!, te toca a ti. Tiene que arreglar cuentas con tu orgullo y tus ganas de seguir con él. Pero...¡que coñazo! siempre he sido una negada en matemáticas, y además en el amor no existen ecuaciones ni operaciones; no existe el contable de los sentimientos o el asesor financiero del amor. ¿Que ocurre? ¿Que hay que pagar un impuesto para ser feliz? Si fuera verdad lo pagaría con gusto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario