martes, 25 de octubre de 2011

Báilame el agua...



Báilame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto. Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor. Sácame de quicio. Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado. Hazme sufrir. Aviva las ascuas. Ponme a secar como un trapo mojado. No desates las cuerdas hasta que sea tarde. Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos. Líbrame de mi estigma. Llámame tonto. Sacrifica tu aureola. Perdóname. Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora. No me arrastres. No me asustes. Vete lejos. Pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo. Sangra mi labio con sanguijuelas de colores. Fuma un cigarro para mí. Traga el humo. Arréglalo y que no vuelva a estropearse. Échalo fuera. Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora. Sueña retorcido. Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos. Dame la llave de tus oídos. Toca mis ojos abiertos. Nota la textura del calor. Hasta reventar. Sé yo mismo y no te arrepentirás. ¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos. Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos. Los lameré hasta que no sepan a miel. Hasta que no dejen de ser miel. Sal, niega todo y después vuelve. Te invito a un café. Caliente claro. Y sin azúcar. Sin aliento. 








lunes, 24 de octubre de 2011

Tres metros sobre el cielo...

Un día pasa, pasa que estas de pie en algún lado, y te das cuenta de que no quieres ser ninguno de los que están a tu alrededor no quieres ser el pringado al que le has reventado la cara, tampoco quieres ser tu padre, ni tu hermano,ni nadie de tu puta familia, no quieres ser la señora jueza, ni siquiera quieres ser tu, solo quieres salir corriendo, salir a toda ostia del sitio en el que estás...

Y de repente ocurre. Algo se acciona. Y en ese momento sabes que las cosas van a cambiar. Ya han cambiado. Y que a partir de ahí ya no volverán a ser lo mismo. Nunca.      

           

+ Sé que está preocupado por su hija porque está con un tío que va en moto, dando bandazos a 200 por hora a toda ostia, porque no quiero enterarme de lo que pasa a mi alrededor, pero de repente aparece alguien que te dice que aflojes...y cuando aflojas te das cuenta de las cosas y entonces te das cuentas de los pequeños detalles. Que detrás de esas copas hay un trofeo de baile, que está sonando mi canción favorita, que hoy es martes y trece, y que Rosana se iría ahora mismo con usted al fin del mundo. Su hija, señor, me hace ir lento. Me hace sentir bien.






- Me has echo sentir muy bien. Estoy feliz.
+ Creo que yo mas.
- No, yo mucho mas.
+ Yo de aquí a Barcelona.
- Yo de aquí al cielo.
+ ¿Si? Pues yo muchísimo más.
- ¿Cuanto?
+ A tres metros sobre el cielo.




Siempre hay un momento en el que el camino se bifurca, cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir. Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña; no pasa nada, estamos hechos el uno para el otro. Al final estará ella, pero al final solo ocurre una cosa… llega el puto invierno.



Y de repente te das cuenta de que todo ha terminado. De verdad. Ya no hay vuelta atrás. Lo sientes. Y justo entonces intentas recordar en qué momento empezó todo. Y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas. Mucho antes. Y es ahí,justo en ese momento,cuando te das cuenta de que las cosas sólo ocurren una vez. Y por mucho que te esfuerces,ya nunca volverás a sentir lo mismo. Ya nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo.